Análisis previo de la NASCAR Cup Series de 2023: Front Row Motorsports.

Samuel Mateo Giménez

     Este mes de febrero arranca la 75ª temporada de la NASCAR Cup Series, y desde SENNA analizamos a todos y cada uno de los equipos que conforman la parrilla de la máxima categoría del automovilismo estadounidense. Así pues, en el día de hoy analizamos a Front Row Motorsports.

FRM busca seguir mejorando
Foto de Getty Images

Análisis anteriores: Hendrick MotorsportsJoe Gibbs RacingTeam PenskeStewart-Haas RacingTrackhouse Racing TeamRichard Childress RacingRFK Racing23XI RacingLegacy Motor ClubKaulig RacingWood Brothers Racing.

Constructor: Ford.

Motor: Roush Yates Engines.

Pilotos: Michael McDowell (#34), Zane Smith (#36), Zane Smith y Todd Gilliland (#38).

Jefes de equipo: Travis Peterson (#34), Ryan Bergenty (#38) y TBA (#TBA)

Resultados en 2022 (dueños): 23° (#34) y 30° (#38).

Cómo llega y a qué aspira:

    El equipo Front Row Motorsports sigue una línea continuista respecto al año anterior en términos generales, dado que mantiene a sus dos pilotos a tiempo completo, aunque trae ciertas novedades, como un nuevo jefe de equipo para McDowell tras la pérdida de Blake Harris (nuevo jefe de equipo de Bowman en Hendrick Motorsports) y la inclusión de un tercer coche para Zane Smith, el cual correrá a tiempo parcial.
    
    En cuanto a su rendimiento, FRM es un equipo al que la igualdad que ofrece la Next Gen le beneficia enormemente, pero que tiene bastante complicado, por los recursos de los que dispone, dar un salto de calidad más allá desde el que ha dado desde el pésimo año de 2019, o al menos no a corto plazo. Habrá que ver cómo le afecta tener tres coches, pues la última vez que lo hizo, allá por 2019, fue un desastre debido a que los mismos recursos los dividían en tres coches en vez de en dos, pero también es cierto que aquél año los tres coches corrían a tiempo completo.

Michael McDowell:

    Aunque su victoria en la Daytona 500 opaca cualquier otro logro de su carrera, en 2022, estadísticamente hablando, tuvo la mejor temporada en toda su trayectoria profesional. Tal y como se esperaba la nueva generación de coches favorece su estilo de conducción y eso se ha visto reflejado con sus resultados en pista.

    Su problema es que parece que ha tocado techo. Estando en un equipo como FRM es prácticamente imposible conseguir algo más de lo que ya viene consiguiendo las últimas temporadas. Simplemente aspira a conseguir varios top-10 al cabo del año, luchar por acabar dentro de los veinte primeros de la general y, siendo extremadamente optimistas, ganar una carrera aislada y clasificarse a los playoffs.

    Eso podría lograrlo en alguna carrera en circuitos ruteros, los cuales son su especialidad, o en Superspeedway, donde podría tener opciones gracias a que la parrilla se iguala enormemente y él es muy bueno en ese tipo de carreras (de hecho su única victoria llegó en uno de ellos, Daytona).

    Su estancia en FRM se traduce en tener un asiento en NASCAR para poder competir al máximo nivel a la espera de que se libere alguno en un equipo más competitivo y él pueda dar el salto si le dan confianza, aunque para ello tiene el hándicap de que no cuenta con el apoyo de grandes patrocinadores que le puedan apoyar en ello.

    El caso de McDowell es uno de los más frustrantes en cuanto a meritocracia, ya que es un piloto de mucho nivel que ha rendido muy bien en los últimos años pero que se encuentra en un impasse, dado que es muy complicado que pueda conseguir un asiento mejor y el que tiene no le permite luchar por grandes cosas.

     Finalmente, cabe destacar que, por tercer año consecutivo, estrenará jefe de equipo, ya que Blake Harris, el jefe de equipo revelación de la temporada (era su primer año, antes era ingeniero en el coche de Truex) se marcha a Hendrick Motorsports para trabajar junto a Bowman. Así las cosas, el equipo ha contratado a Travis Peterson, en una apuesta por la misma fórmula que trajo a Harris, pues Peterson había trabajado los últimos cinco años como ingeniero de carrera de Kenseth, Newman y Buescher en RFK Racing.

McDowell, corriendo en Kansas
Foto de Getty Images

Objetivo: acabar en el top-25 de la general.

Éxito: Clasificarse a los playoffs.

Fracaso: No acabar entre los 25 primeros de la general.

Zane Smith (una carrera en el #36 - Daytona 500 -, cinco en el #38):

    Compaginando su rol de piloto a tiempo completo en la NASCAR Truck Series, Zane Smith participará en un número seleccionado de carreras en las Cup Series esta temporada (no sabemos cuántas ni cuáles más allá de las 500 Millas de Daytona).

    Sus aspiraciones no deben ser muy elevadas, ya que apenas tiene experiencia a este nivel, y las carreras están orientadas a eso, a que ruede y vaya adquiriendo conocimientos ante una posible oportunidad futura de correr en las Cup Series. Eso sí, tendrá el objetivo de clasificar a la Daytona 500, ya que quedarse fuera de esa carrera siempre es un duro golpe para quien no lo logra.

    Una vez en ella, y al igual que en el resto de carreras en las que participe, el objetivo debe ser rodar lo mejor posible pero sin marcarse grandes metas, simplemente sumar kilómetros, no cometer errores graves que acaben en accidente (sería perjudicial para él porque se reduce el tiempo en el asiento y para el equipo porque tendrá que pagar reparaciones) e ir mejorando progresivamente conforme avance la temporada.

Zane Smith correrá a tiempo parcial
Foto de Getty Images

Objetivo: clasificar a la Daytona 500.

Éxito: sumar un top-10.

Fracaso: no acabar ninguna carrera entre los veinte primeros.

Todd Gilliland (31 carreras en el #38):

    Parecía que Todd Gilliland, después de un año bastante aceptable teniendo en cuenta que era un debutante sin experiencia al máximo nivel, iba a correr a tiempo completo un año más en las Cup Series, pero hace unos día se anunció que tendría que cederle el asiento en cinco carreras (Phoenix primavera, Talladega primaveral, Sonoma, Texas y Charlotte) a Zane Smith.

    En cuanto a Gilliland, este año debería aspirar a mejorar un poco sus estadísticas del año pasado a nivel global, algo que ahora es más necesario que nunca porque corre el riesgo de quedarse sin asiento el año que viene, puesto que si Zane Smith lo hace igual de bien que lo viene haciendo en años recientes seguramente el #38 sea suyo el año que viene (salvo que Smith se vaya a un equipo mejor).

    Así las cosas, Gilliland necesita hacer grandes cosas, como acabar con mayor frecuencia en el top-20 o top-25 carrera tras carrera, para así poder pelear, en el caso de que logre encontrar asiento para las cinco carreras que ha perdido en FRM en otro equipo, por acercarse al top-25 de la general.

Gilliland, corriendo en Texas
Foto de Getty Images

Objetivo: hacer méritos para ganarse la renovación (pelear top-25 de la general, acercarse mucho a McDowell).

Éxito: conseguir múltiples top-10.

Fracaso: no conseguir ningún top-10.

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