Análisis previo de la NASCAR Cup Series de 2023: Legacy Motor Club

Samuel Mateo Giménez

    Este próximo mes de febrero arranca la 75ª temporada de la NASCAR Cup Series, y desde SENNA analizamos a todos y cada uno de los equipos que conforman la parrilla de la máxima categoría del automovilismo estadounidense. Así pues, en el día de hoy analizamos a Legacy Motor Club.

Petty GMS Motorsports ahora se llama Legacy Motor Club
Foto de Nigel Kinrade Photography


Constructor: Chevrolet.

Motor: ECR Engines.

Pilotos: Noah Gragson (#42, 2º en las Xfinity Series en 2022), Erik Jones (#43, 18º en 2022) y Jimmie Johnson (#84, regresa tras dos años sin correr en NASCAR).

Jefes de equipo: Luke Lambert (#42), Dave Elenz (#43) y Todd Gordon (#84).

Resultados en 2022 (dueños): 19º (#43) y 31º (#42), nuevo coche (#84).

Cómo llega y a qué aspira:

    Tras la compra de la mayor parte del accionariado de Richard Petty Motorsports por parte de Maurice Gallagher, dueño de GMS Racing, y su conversión a Petty GMS Motorsports, ahora este equipo sufre una nueva transformación con la inclusión de un nuevo accionista, que se trata de nada más y nada menos que Jimmie Johnson, quien también volverá a correr en NASCAR con un programa a tiempo parcial.

    Además de estas novedades, el equipo ha remplazado a uno de los pilotos del año pasado, Ty Dillon, por Noah Gragson, que el año pasado tuvo una gran temporada en las Xfinity Series, pero que también sabe lo que es correr en las Cup Series, ya que estuvo haciéndolo a tiempo parcial en el #16 de Kaulig Racing y sustituyendo a Bowman en el #48 de Hendrick Motorsports en 2022. 

Noah Gragson:

    El joven piloto de Las Vegas correrá su primera temporada tiempo completo después de estar el año pasado corriendo a tiempo parcial en Kaulig Racing y de haber estado en la últimas cuatro temporadas corriendo en la NASCAR Xfinity series con JR Motorsports. Pese que se trata de un debutante, acumula cierta experiencia al máximo nivel, lo cual debe reducir en gran medida su periodo de adaptación a esta categoría, de modo que lo esperado es que rinda en una versión cercana a su máximo nivel relativamente pronto, no como los novatos del año pasado (nos referimos a Burton y Gilliland, no a Haley, que estaba en una situación similar a la suya), que claramente tenían que atravesar todo el proceso de adaptación que se requiere cuando no se tiene ninguna experiencia más alto nivel.

    Centrándonos en Gragson, el año pasado sumo 8 victorias en la NASCAR Xfinity Series, por lo cual está más que preparado para dar el salto a las Cup Series. Hay un aspecto relevante y es que suele ser un piloto que a veces comete errores de bulto que le cuestan un accidente. Este año deberá tratar de reducir ese número de errores al máximo ya que aquí el margen de error es mínimo y no tiene una posición dominante sobre el resto de la parrilla como ha tenido al cabo de los últimos años en las Xfinity Series, en las que podía permitirse un mal resultado de vez en cuando.

    Por otro lado, clasificar a los playoffs o pelear por victorias por ahora queda bastante lejos, ya que es un piloto que ha necesitado tiempo en las Xfinity Series para poder mostrar su mejor nivel. De hecho, en su primer año no ganó ninguna carrera y no fue hasta el cuarto cuando sumó más de tres.

    Por lo tanto su objetivo no pueden ser los mismos que los de Erik Jones, un piloto totalmente asentado en la categoría y que ya de por sí tiene mayor nivel. Los objetivos de Gragson deben ser intentar reducir al mínimo sus incidentes en pista y tratar de acabar entre los 25 primeros de la general incluso pudiendo pelear por acabar entre los 20 primeros, aunque lo más probable es que no lo consiga.

    Ahora bien, es un piloto que demostró tener capacidad para ganar carreras y no es descartable que en un día en el que esté especialmente inspirado logre una victoria aislada que le permita incluso disputar los playoffs, sobre todo porque hay circuitos que se le dan muy bien, como aquellos en los que se traza la línea exterior como Miami o Darlington o los Superspeedway, donde se igualan las condiciones.

Gragson, junto a Petty 
Foto de Legacy Motor Club

Objetivo: acabar entre los veinticinco primero de la general.

Éxito: ganar una o varias carreras y clasificarse a los playoffs.

Fracaso: no acabar entre los 25 primeros de la general

Erik Jones:

    Erik Jones tuvo una gran temporada el año pasado, puesto que logró conseguir una victoria y peleó en varias carreras como la de Fontana por sumar más. Desgraciadamente para él no le pudo servir para disputar los playoffs ya que la consiguió cuando éstos ya habían arrancado pero, pese a ello, su temporada fue excelente, ya que acabó entre los veinte primeros de la general.

    Desde luego, Jones, pese a que no explotó en Joe Gibbs Racing, es un piloto que tiene un talento extraordinario y que está para mucho más que para correr en este equipo, al menos en función del status actual que tiene esta escudería. Su principal problema es que parece que estando en esta escudería ya ha tocado techo. Mucho tendría que crecer este equipo para poder pelear por objetivos como conseguir múltiples victorias al cabo de una temporada, pelear por el campeonato, etc.

    Eso sí, aquí es el líder indiscutible del equipo y si éste progresa, algo que se anhela enormemente con la llegada de nuevos accionistas como en el pasado Maurice Gallagher y ahora Jimmie Johnson, va a tener una muy buena posición de cara al futuro y, en el caso de que no sea así, puede surgir una oportunidad de mercado que le lleve a un equipo mejor que le permita pelear por objetivos más ambiciosos.

    En cualquier caso, esta temporada lo máximo a lo que aspira es conseguir una victoria que le permita disputar los playoffs, aunque aún vez en ellos no tendría buenas perspectivas de progresar, ya que a fin de cuentas está en un equipo de zona media y tendría que pelear con pilotos de escuderías superiores.

Erik Jones, corriendo en 2022
Foto de Getty Images

Objetivo: ganar una carrera y/o acabar en el top-20 de la general.

Éxito: ganar una o varias carreras y disputar los playoffs.

Fracaso: no acabar entre los veinte primeros de la general.

Jimmie Johnson:

    El que para muchos es el mejor piloto de la historia regresa tras dos años de ausencia, en los que ha participado en IndyCar e IMSA, a competir en NASCAR. Como decíamos lo hará en un doble rol porque también ha adquirido parte del accionariado del equipo, así que ahora es copropietario.

    En principio participará en cinco carreras a lo largo de la temporada. Por ahora sólo se ha confirmado su presencia en las 500 millas de Daytona, así que las cuatro restantes son una incógnita. Por ello, el único objetivo que tiene ahora mismo es el de clasificar a las Gran Carrera Americana, en la que participará como un coche abierto sin chárter.

    Su mejor baza para hacerlo será la clasificación, ya que los Chevrolet son los coches más rápidos rodando en solitario y encima tiene como jefe de equipo a Todd Gordon, campeón de las Cup Series (2018) y que sabe lo que es ganar es la Daytona 500 (lo hizo en 2015), así que sin duda le preparará el mejor coche posible de cara a esa carrera.

Así será el coche de Johnson
Foto de Carvana Racing

Objetivo: clasificar a la Daytona 500.

Éxito: ganar una carrera.

Fracaso: no clasificar a la Daytona 500 / no sumar ningún top-10.

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