Desmontando los playoffs de NASCAR

Samuel Mateo Giménez
    
    No entraremos a explicar el sistema de playoffs de las series nacionales de NASCAR ni cuál es nuestra opinión acerca del mismo. Si desean conocerla, pueden clicar aquí o aquí. El propósito de esta entrada no es otro que mostrar que este sistema es un fraude de grandes magnitudes, pues no cumple el propósito para el cual fue creado (el verdadero o el que se vendió) y encima ha acabado con la legitimidad de los campeonatos.

Foto de NASCAR Digital Media LLC

    Decíamos que había dos propósitos, el verdadero o el que se vendió. El que se vendió era el de que NASCAR quería primar por encima de todo a los pilotos que eran ganadores, es decir, a los que ganaban carreras por encima de los que se limitaban a ser constantes y regulares, sumando muchos top-5 y top-10, aunque luego no ganasen tanto. El verdadero es que NASCAR quería crear un formato que mantuviera la lucha por el campeonato abierta hasta el último instante de la temporada, similar a los playoffs de otros deportes como la NBA o la NFL, esperando que así repuntasen unas audiencias que iban cayendo en picado desde que tocaron techo en los años 2000-2010.

    Pues bien, ni lo uno ni lo otro. Empezando con el tema de las audiencias, el que menos nos importa a nosotros, que nos dedicamos a analizar automovilismo, no productos de marketing, éstas están peor que nunca, hasta el punto de que, el mismo fin de semana de una carrera de los playoffs, la de Las Vegas, la NHRA en Texas obtuvo un mejor dato que la NASCAR. Con eso está todo dicho, no hace falta agregar nada más.

¿Premia a los pilotos que ganan más?

    Pasando ahora al aspecto deportivo, si atendemos a quiénes han sido los campeones con este formato, instaurado en 2014 y vigente hasta 2025 (Tabla 3), vemos ha fracasado por completo a la hora de premiar a los pilotos que más victorias conseguían pues, a lo largo de esos doce años, sólo en tres de ellos (25%) el campeón fue el piloto que más victorias consiguió ese año. Son los de 2016, con Johnson; 2017, con Truex; y 2021, con Larson.

    Si comparamos este porcentaje con los de los sistemas anteriores, el de rondas eliminatorias sale peor parado. Así, en el sistema de puntos tradicional, hubo 30 de las 55 temporadas en las que el piloto que más ganó también fue el campeón por puntos (Tabla 1, resaltadas en verde), lo que supone un 54,54% de las mismas. Por contra, en 25 de las 55 (45,45%), el campeón no fue el que más ganó ese año.

    En el siguiente formato de competición, el de la Caza por la Copa (Tabla 2), el piloto campeón fue el que más carreras ganó en cuatro de diez temporadas: Jimmie Johnson en 2007 y 2009, Tony Stewart en 2011 y Brad Keselowski en 2012. Esto supone un 40% del total.

    Así las cosas, si NASCAR quería premiar a los pilotos que más ganaban con el campeonato, cada formato que ha instaurado ha sido peor que el anterior, pues el tradicional tenía un porcentaje del 54,54% (más de la mitad), mientras que la Caza por la Copa tuvo un 30% (menos de un tercio) y los Playoffs están teniendo un 25% (una cuarta parte).

¿Premia a los pilotos constantes?

    Una de las críticas que se le hace al sistema de playoffs, sobre todo desde los sectores en los que valoramos la constancia y la regularidad para estar casi siempre arriba tanto o más como la velocidad pura para ganar algunas carreras, es que ha acabado con la legitimidad del campeonato, dado que el campeón no es casi nunca el que más puntos suma a lo largo del año.

    En efecto, sólo en cuatro ocasiones (33,3%) el campeón ha sido el mismo piloto que ha sumado más puntos que el resto. Además, no es que hayan sido cuatro temporadas distintas a las anteriormente citadas, sino que dos de ellas son las mismas, la de Truex en 2017 y la de Larson en 2021, siendo las otras la de Kyle Busch en 2019 y la de Larson este mismo año, en 2025.

    El porcentaje vuelve a ser más bajo que en el sistema de la Caza por la Copa, bajo el cual ese fenómeno ocurrió en cuatro ocasiones (50%): Tony Stewart en 2005,Brad Keselowski en 2012 y Jimmie Johnson en 2006, 2009 y 2013.

    Obviamente no tiene sentido hablar del sistema de puntos tradicional, en tanto en cuanto el campeón fue el que más puntos sumó en todos y cada uno de los años. Lo que está claro, sobre todo, es que sumar más puntos que tus rivales cada vez ha ido importando menos, pues en la Caza por la Copa los campeones lo hicieron en menos de la mitad de las temporadas, y con los playoffs lo han hecho en un tercio.

Campeones ''injustos''

    Partimos de la base de que no hay campeón injusto, pues todos compitieron con las normas fijadas por NASCAR, y que es una expresión que hace referencia a los pocos méritos que han hecho a lo largo del año en comparación con otros pilotos, que rindieron bien e incluso dominaron durante todo el año simplemente, mientras que los campeones simplemente tuvieron episodios de brillantez en momentos puntuales.

    Una vez explicado esto, debemos destacar que, en el sistema de la Caza por la Copa, ya vimos algunos ejemplos de campeones que ni fueron los que más puntos sumaron ni los que más carreras ganaron. Ejemplos de ello son Kurt Busch en 2004, y Jimmie Johnson en 2010. 

    Ahora bien, sólo fueron dos años de diez, en los otros el campeón o fue el que más carreras ganó (2007 y 2011), el que más puntos sumó (2005, 2006 y 2013) o ambas (2009 y 2012). Por tanto, es un porcentaje ''bajo'', sobre todo si lo comparamos con los playoffs.

    Y es que, en el sistema actual, ha habido hasta siete temporadas de doce (58,33%) en las que el campeón ni ha sido el piloto que más puntos ha sumado ni el que más carreras ha ganado, simplemente ha sido un piloto que ha encadenado una buena racha al final de temporada y ha logrado ser el campeón.

    Si eso ya es malo, peor será cuando analicemos el último aspecto que ilegitima este sistema por completo. Antes de ello, volvamos al sistema de Caza por la Copa. En esos años, hubo tres temporadas en las que un mismo piloto fue el que más ganó y el que más puntos sumó: Carl Edwards en 2008, Jimmie Johnson en 2009 y Brad Keselowski en 2012. En dos de esos años (2009 y 2012), sus respectivos pilotos acabaron siendo campeones, mientras que en uno (2008), el piloto en cuestión no lo consiguió.

    Ese porcentaje, con el sistema actual, ha ido aumentando enormemente a favor de los campeones que ni ganan más ni suman más puntos que otros pilotos. Así pues, ha habido siete temporadas en las que un mismo piloto ha sido el que más ha ganado y el que más puntos ha sumado (Truex en 2017, Kyle Busch 2018, Harvick 2020, Larson en 2021 y 2024, Elliott 2022 y Byron en 2023).

    De esos siete años, el piloto en cuestión ha sido el campeón en sólo dos: Truex en 2017 y Larson en 2021. Tanto Busch en 2018 como Larson en 2024, pasando por Harvick en 2020, Elliott en 2022 y Byron en 2023, se quedaron con la miel en los labios.

    Así las cosas, si calificamos a las temporadas en las que un mismo piloto gana más que nadie y suma más puntos que nadie como ''años de dominio'', vemos que el porcentaje de pilotos que han sido campeones en años de dominio es del 66,6% en los años de la Caza por la Copa (2 de 3), algo que ya de por sí está mal, porque todo lo que no sea un 100% no es aceptable, pero es que en los playoffs es del 28,57%, lo cual hace que este sistema sea totalmente injustificable.

CONCLUSIONES

    Ha quedado demostrado con datos que tanto la Caza por la Copa como los playoffs son sistemas que no cumplen con su propósito de hacer campeones a los pilotos que ganan carreras, pues antes de su instauración ese porcentaje era del 54,54%, luego bajó al 40% en la Caza por la Copa y, de ahí, al 25% con los playoffs.

    Además, tampoco tiene legitimidad por la vía de puntos, ya que, tanto en la Caza por la Copa como en los playoffs, el campeón era el que más puntos sumaba a lo largo del año en el 40% de las temporadas.

    No obstante, lo más sonrojante es como este sistema es incapaz de premiar el dominio de un piloto que no merece más recompensa que el campeonato por haber ganado más que nadie y haber sumado más puntos que nadie. Así, mientras que en la Caza por la Copa ese porcentaje era del 66,6%, bajo, injusto pero no clamoroso; en los playoffs es del 28,57%.

    Es más, con los playoffs, ha habido seis temporadas (50%) en las que el campeón ni siquiera hubiera clasificado por puntos entre los tres primeros al final de la temporada, y en cinco de ellas (41,66%) no fue tampoco el piloto que más veces ganó.

    ¿Qué legitimidad como deporte puede tener una categoría en la que en más de la mitad de sus temporadas gana un piloto que no es el mejor en nada, ni en regularidad ni en velocidad pura? ¿Cómo se puede justificar que un piloto que ha sido indiscutiblemente el mejor, ya que ha ganado más que nadie y ha sido más regular y constante que nadie, no merece ser el campeón de la temporada?

    Desde luego, ninguna legitimidad y ninguna posibilidad de justificarlo, y por eso cada vez hay peores audiencias, mayor descontento entre aficionados y pilotos y más y más voces que abogan por volver al sistema antiguo, en el que todas las carreras puntuaban por igual y el piloto que más puntos tenía al final de la temporada ganaba el campeonato. 

    Es poco probable que lo haga, pues el camino que parece que va a tomar NASCAR es el de seguir con las rondas eliminatorias, pero con un sistema de distribución de las carreras de 3-3-4 en vez del 3-3-3-1 actual. Para nosotros es seguir ahondando en el error porque no cambiará gran cosa, pero al menos será un pequeño paso en la dirección correcta que, repetimos, es la de volver al sistema de treinta y seis carreras sin playoffs.

TABLAS DE DATOS

Tabla 1. Datos de 1949-2003
Elaboración propia

Tabla 2. Datos de la Caza por la Copa (2004-2013)
Elaboración propia

Tabla 3. Datos del sistema de rondas eliminatorias (2014-2025)
Elaboración propia
  
Fuente de los datos con los que hemos elaborado las tablas: Racing Reference.

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