¿Debe convertir NASCAR en una categoría de coches específicos las Xfinity y las Truck Series?

Samuel Mateo Giménez

    La pasada semana afloró un rumor en la prensa estadounidense que afirmaba que NASCAR está sopesando hacer modificaciones de gran calado en las Xfinity y las Truck Series, dos de las tres divisiones nacionales, las que están por debajo de las Cup Series, que es la cúspide de la pirámide de categorías que sanciona NASCAR.

    La principal sería la de convertir las dos categorías en unas series de coches específicos. Se trataría de implementar medidas similares a las de las Cup Series hoy en día, donde los chasis de los coches son iguales para todos los equipos y constructores, y lo que cambian son los motores (ECR Engines y motores de Hendrick Motorsports para Chevrolet; Roush Yates Engines para Ford; y TRD para Toyota) y algunos aspectos menores tal y como los reglajes.

Imagen de una carrera de las Xfinity Series de 2025
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    Así pues, analizamos qué aspectos positivos y negativos tendría la implementación de esta medida en las Truck y Xfinity Series:

ASPECTOS POSITIVOS

1. Menores costes.
    
    La creación de un coche específico para todos los equipos implica que todas las piezas del chasis estarían estandarizadas y que los equipos ahorrarían dinero en el desarrollo y creación de las mismas, simplemente tendrían que comprárselas al proveedor que NASCAR designase como el oficial del campeonato y montarlas en sus respectivas fábricas.

Los equipos reducirían costes
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2. Menos diferencias técnicas.
    
    Al ser todos los coches iguales, las diferencias entre uno y otros serán menores. Eso no quiere decir que no las haya, pues ya hemos visto que en las Cup Series sigue habiendo una jerarquía de equipos bien marcada, pues las grandes estructuras al final siempre encuentran pequeños filones que exprimir al máximo y seguir teniendo una posición superior frente a la competencia, pero los datos han mostrado que, al menos en sus tres primeros años, la Next Gen ha tenido un mayor número de pilotos y equipos ganadores de carreras y participantes en el Championship 4 que las Generaciones 5 y 6 que se emplearon con anterioridad, a tiempo completo desde 2008.

Habría más igualdad en la parrilla
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3. Atractivo para nuevos equipos y dueños.
    
    Ligado a los dos aspectos anteriores, es un hecho que un coche específico atrae a nuevos dueños. El mismo Jimmie Johnson dijo hace unos días en el podcast de Kevin Harvick que, si no hubiese sido por la introducción del Next Gen, no se hubiese decidido a comprar parte del accionariado de lo que ahora es Legacy Motor Club para ser su co-propietario.

    Del mismo modo, el Next Gen ha sido el impulso para que finalmente Dodge se anime a volver a NASCAR, aunque vayan a hacerlo de manera lenta y progresiva, empezando en las Truck Series de la mano de RAM.

RAM se ha unido a las Truck Series
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4. Mayor aprendizaje para los pilotos jóvenes.

    Actualmente, las Xfinity Series son un buen lugar para que un piloto joven vaya progresando y mejorando en su carrera, se haga un nombre (de ahí el lema de la categoría, ''Names are made here'') y se gane una oportunidad en las Cup Series.
    
    Ahora bien, en lo que se refiere al aprendizaje del coche, no sirven de nada, porque desde 2012 se usa el Car of Tomorrow, la quinta generación de coches de NASCAR, un coche que está completamente desfasado en lo que a su uso en las Cup Series se refiere, pues en 2013 se introdujo una modificación, la Generación 6; y en 2022 se ésta se sustituyó por el Next Gen, un concepto totalmente distinto.

     Por ello, si NASCAR decidiese que, del mismo modo que adoptase la idea de un coche específico para las dos categorías soporte de las Cup Series, también lo hiciera con el hecho de que el coche se asemejase al Next Gen, de manera que los pilotos estuvieran más familiarizados y les costase menos adaptarse a las Cup Series.

Los jóvenes podrían aprender más 
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ASPECTOS NEGATIVOS

1. Crisis de identidad.

    Convertir a las Xfinity Series y a las Truck Series en categorías de coches específicos, como ya se ha hecho con las Cup Series, sería el último clavo en el ataúd de la identidad de NASCAR. La competición surgió para hacer carreras de coches de calle, coches fabricados en serie (stock cars), y en el ADN de la misma estaba el hacer triquiñuelas para obtener un punto extra de rendimiento sobre la competencia, desarrollar el coche al máximo para conseguir la victoria.

    Primero se dejó de correr con coches fabricados en serie, simplemente eran prototipos diseñados explícitamente para correr, con estructuras tubulares, motores de competición, fibra de carbono en vez de una carrocería real... 

    Ahora directamente sería coger un prototipo de competición concreto y hacer que todo el mundo corriese con ese mismo coche, exactamente lo contrario a lo que se hacía en las raíces de NASCAR, a lo que caracterizó sus orígenes y lo que, ciertamente, era su razón de ser.

Las Truck Series, en Richmond este año
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2. Pérdida de identidad de estas categorías.

    Del mismo modo que la identidad de NASCAR estaría por los suelos, la de estas categorías directamente podría desaparecer por completo. Ahora mismo, lo que les da atractivo es la variedad que hay. Bien es cierto que en las Truck Series los motores son todos iguales, fabricados por Ilmor, pero el chasis y el cuerpo del coche los diseñan y construyen los equipos. En las Xfinity Series ni siquiera los motores son iguales, no hay nada que sea específico a todos los coches y equipos de la parrilla.

    Por tanto, si ahora todo eso desaparece y se convierten en categorías de coches específicos, similares a las Cup Series, las dos categorías soporte serían más de lo mismo, una especie de Cup Series edulcorada. Realmente, lo único distinto que podría haber en las dos divisiones, además de los pilotos, sería el hecho de que las Truck Series son coches siluetas de camionetas pick up en vez de coches, pero nada más.

La NXS y la NTS podrían perder su identidad
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3. Riesgo de arruinar un buen producto.

    Actualmente, las carreras de las Xfinity Series son las mejores de las series nacionales de NASCAR. Son muy entretenidas, con un coche que permite los adelantamientos y que no se caracteriza por los bloqueos en aire sucio, como sucede en las Cup Series. Del mismo modo, en las Truck Series también se pueden ver carreras muy divertidas, en especial en circuitos cortos.

    Así pues, NASCAR corre el riesgo de estropear el mejor producto que tiene ahora misma y que esas dos series pasen a ser como las Cup Series, donde el Next Gen proporciona muchas carreras soporíferas donde es muy fácil bloquear al perseguidor haciendo uso del aire sucio y en las que los circuitos que garantizan un buen espectáculo se cuentan con los dedos de una mano: Charlotte, Miami, Kansas, Atlanta, algo Las Vegas... y poco más.

    Por tanto, si NASCAR quisiese adaptar las dos categoría soporte al concepto de las Cup Series, primer habría que pulir el Next Gen y, una vez se solucionasen los problemas del mismo en las Cup Series, y sólo entonces, trasladarlo a las categorías soporte.

La NTS ofrece un buen producto en óvalos cortos
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4. Fuga de espectadores.

    Actualmente, la mayor parte de aficionados de NASCAR son adultos, por lo general mayores de 40-50 años, y es por eso por lo que NASCAR se está enfocando tanto en tratar de ganar público joven. Precisamente el público adulto, el tradicional que ha seguido el deporte desde hace décadas, es el más purista, por norma general, y muy reacio a los cambios, especialmente si ''traicionan'' la esencia de NASCAR.
    
    Si muchos de ellos criticaron el simple hecho de que el dorsal de los paneles laterales de los coches estuviese en una posición más adelantada a la tradicional, que era en el centro del mismo, imagen lo que podría suponer que NASCAR fuese en contra de su raíces e instaurase coches específicos en todas sus series nacionales.

    Todo ello podría saldarse con el abandono de esos seguidores, que comenzarían a sentirse más identificados con competiciones que sí respetan esos valores tradicionales y que vienen creciendo mucho y, sobre todo crecerán más todavía, como el CARS Tour.

    Obviamente NASCAR es la gran Moby Dick del automovilismo americano y estos cambios ni siquiera van a amenazar su dominio, mucho menos tumbarlo, pero sí que se podrían perder algunas decenas o incluso cientos de miles de espectadores, que sería un palo para las categorías, que no están en su mejor momento.

    Justamente este año las Xfinity Series han tomado un gran impulso gracias a que es una categoría muy entretenida que encima se ha llenad de novatos interesantes y, sobre todo, por el buen hacer de CW Sports, que ha apostado como ninguna compañía en años recientes, y ha obtenido su rédito, pues raro es que una carrera de las Xfinity Series obtenga audiencias de menos de un millón de espectadores.

    Así pues, justo ahora que se estaba dando un subidón a las Xfinity Series, y se podría hacer lo mismo con las Truck Series si FOX hiciese lo mismo que hace CW Sports, o directamente CW Sports retransmitiese también las Truck Series; NASCAR puede tomar medidas que acaben con ese buen momento y que inicien otro período de recesión. Como decimos, no va a acabar con NASCAR ni mucho menos, pero desde el punto de vista del espectador es algo que nadie desea y que podría mermar un poco las audiencias sin necesidad alguna de meterse en esos problemas.

    Y decimos problemas porque esos mismos equipos que están preocupados por cuadrar cuentas y buscan reducir costes, algo totalmente lógico y lícito en un deporte como este, también tendrían que contemplar que un patrocinio se paga más en una carrera que ven entre 1 y 1,2 millones de personas que en una que ven entre 500 y 700 mil.

Hay quien ve en el CARS Tour una amenaza a NASCAR
Foto de Short Track Scene

CONCLUSIONES FINALES

    Como vemos, los aspectos positivos y negativos que se nos vienen a la mente al reflexionar sobre el posible paso a una categoría de coches específicos en las Cup y Xfinity Series son muchos y de diversa naturaleza.

    Por un lado, los argumentos a favor responden sobre todo al deseo de los constructores y de los equipos, que apelan al pragmatismo de un coche específico, que trae ventajas en el plano teórico como mayor competitividad (luego habrá que ver que es real) y que encima es más barato, siendo todo ello algo atractivo para los dueños y constructores que ya están como para los que podrían estar.

    Por contra, los argumentos de oposición a estas medidas están más ligados al aspecto sentimental, a los valores y esencia del deporte, ya que sería un paso más en el largo proceso de transformación que ha sufrido NASCAR desde sus orígenes hasta la actualidad, aunque también puede haber implicaciones que vayan más allá y afecten al aspecto financiero, sobre todo en el apartado de obtener patrocinios que se pagarán mejor o peor en función de cómo sean las audiencias de la carrera.

    En definitiva, NASCAR se encuentra ante una disyuntiva: tomar medidas que favorezcan abaratar costes y contente a equipos y constructores, o mantener viva lo que queda de esencia en el deporte. ¿Qué decidirá?

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