La delicada situación de Stewart-Haas Racing

Samuel Mateo Giménez

    El equipo Stewart-Haas Racing afronta en este año de 2024 una de las temporadas más importantes de su trayectoria. Por primera vez desde que Tony Stewart se unió en 2009 como piloto/propietario del equipo, la escudería de Kannapolis no tendrá ningún campeón de las Cup Series en su alineación de pilotos, tras la retirada del que había sido su líder y máximo estandarte durante la última década, Kevin Harvick.

    A todo ello se le une el hecho de que, desde la temporada de 2021, el equipo ha experimentado una profunda caída en su rendimiento, que ha hecho que esta escudería que antes peleaba por victorias semana tras semana ahora apenas pueda entrar en el top-10 de una carrera, y mucho menos en el de la general de pilotos. De hecho, ahora mismo el equipo es noticia por recibir más penalizaciones que por ganar carreras.

    Desde luego, no es la mejor situación para entrar en un año que se antoja clave por el hecho de que Ford se podría estar planteando poner fin a su relación con SHR o, al menos, quitarle el grado de ''socio preferencial''. Sin duda, esto sería el golpe definitivo a un equipo en clara decadencia y que debe revertir su situación.

Stewart y Haas deben reflotar su equipo
Foto de Getty Images

    Así las cosas, analizamos la situación de Stewart-Haas Racing, cómo de grave es la crisis que atraviesa y si hay motivos para la esperanza de cara al futuro.

1. Rendimiento a la baja.

    En primer lugar, el principal problema que tiene el equipo es que sus resultados en pista son, para los estándares que tenía esta escudería, lamentables. En efecto, mientras que en 2018 ganaron entre sus cuatro pilotos 12 carreras, en 2019 ganaron 4 y en 2020 ganaron 10; en los últimos tres años han ganado 1 (2021), 3 (2022) y 0 de nuevo (2023). Así, las únicas victorias que han conseguido estos tres últimos años fueron las de Almirola en New Hampshire en 2021 y las de Chase Briscoe en Phoenix y Kevin Harvick en Michigan y Richmond en 2022. 

    Se trata de un balance extremadamente pobre para un equipo que, desde que consiguió su primera victoria en Pocono allá por 2009, promediaba 5,5 victorias por temporada (consiguieron 66 entre 2009 y 2020).

    Más allá de la falta de victorias, el equipo tampoco ha sido competitivo en los puestos altos de la general de pilotos y en lo que a la lucha por el campeonato se refiere. En 2018, sus cuatro pilotos llegaron a la Ronda de 8 de los playoffs. En 2019, tres de sus cuatro pilotos clasificaron a la post-temporada. Finalmente, en 2020, los cuatro consiguieron hacer tal cosa. Por contra, en 2021 y 2023, el único que lo consiguió fue Kevin Harvick, y cayó eliminado en la segunda y primera ronda, respectivamente. Entretanto, en 2022, Briscoe también lo consiguió, llegando hasta la Ronda de 8, en lo que ha sido la única nota positiva entre tanta decepción (ese año, por cierto, Harvick fue eliminado en primera ronda).

    Este año, en el momento de redacción de estas líneas, tras la sexta carrera de la temporada regular, sus pilotos están clasificados en los puestos 17º (Briscoe), 28º (Berry), 30º (Preece) y 34º (Gragson), y debemos recordar que sólo hay 34 pilotos corriendo a tiempo completo, de modo que se trata de un balance paupérrimo. Como era de esperar, ninguno de ellos ha ganado, pero es que ni siquiera han acabado en el top-5.

Briscoe, corriendo este año con SHR
Foto de Getty Images

2. Numerosas penalizaciones.

    Como decíamos antes, el equipo ahora mismo es noticia por el elevado número de penalizaciones que recibe, en lugar de por las victorias que cosecha en la pista. Así pues, en los tres años en los que se lleva usando la Next Gen de NASCAR, SHR ha sido sancionado con penalizaciones de nivel 1, 2 o 3 en todos y cada uno de ellos.

    En 2022, concretamente en octubre, tras la carrera de Talladega, el coche #4 recibió una penalización de Nivel 2 por modificar partes inalterables del chasis del coche. Debido a ello, Harvick perdió 100 puntos en el campeonato de pilotos, el coche #4 lo hizo en el de equipos y el jefe de equipo, Rodney Childers, fue sancionado con una suspensión de cuatro carreras y una multa de 100.000 dólares. Ese mismo mes, en la Roval, Custer fue sancionado por alterar deliberadamente el resultado de una carrera (bloqueó en una frenada para que sus perseguidores lo hicieran también, Briscoe los adelantara y consiguiese los puntos necesarios para pasar a la Ronda de 8). Por ello, Custer perdió 50 puntos en el campeonato de pilotos, el coche #41 lo hizo en el de equipos y Mike Shipplet, el jefe de equipo, fue suspendido indefinidamente.

    Al año siguiente, tras la Coca Cola 600, Chase Briscoe recibió una penalización de Nivel 3 por las mismas razones que Harvick el año anterior. En su caso, recibió 125 puntos de sanción, los mismos que se le descontaron al coche #14 en el campeonato de equipos, y Johnny Klaumeier fue sancionado con una suspensión de seis carreras y una multa de 250.000 dólares. Ese mismo año, en octubre, de nuevo en Talladega, Harvick fue descalificado (había sido 2º) porque sus limpiaparabrisas no cumplían las especificaciones de NASCAR.

NASCAR sanciona de manera frecuente a SHR
Foto de NASCAR Digital Media LLC

    Finalmente, este año, tras la carrera de Atlanta, la segunda del año, tanto Ryan Preece como Noah Gragson recibieron una sanción de Nivel 1 porque los radiales del techo del coche no cumplían las especificaciones de NASCAR. En su caso, a los dos pilotos se les descontó 35 puntos en el título de pilotos y a los coches #10 y #41 se les hizo lo propio en el de equipos.

    Como podemos ver, el historial de SHR con las sanciones es largo, el que más de la parrilla, de hecho, y en muchos casos son aspectos técnicos que son evitables, puesto que se deben a alterar piezas del coche de forma ilegal; y absurdos, puesto que hoy en día NASCAR es muy exhaustivo con sus inspecciones y es casi imposible que algo así pase desapercibido. Por lo tanto, SHR se está disparando en el pie cometiendo estas ilegalidades, dado que encima no le reportan ningún beneficio, pues los coches siguen siendo igual de lentos o más que el año pasado y que en 2022; y a ello hay que sumarle que, cuando les descubren, les asestan duros golpes en forma de penalización de los que no se reponen.    
3. Pilotos mediocres.

    Otro aspecto en el que SHR ha degenerado con el paso de los años ha sido su alineación de pilotos, que temporada tras temporada está conformada por pilotos de un nivel más bajo y/o que están menos contrastados que aquéllos a los que deben remplazar. De este modo, en 2015 y 2016, tres de los cuatro pilotos de la escudería (Harvick, Kurt Busch y Tony Stewart) eran campeones de las Cup Series (en 2014 también estaban, pero Harvick no era campeón, ya que ganó el título precisamente en 2014, pero su nivel de pilotaje seguía estando, en definitiva, al primer nivel). 

    Tras su retirada, Stewart fue sustituido en 2017 con un piloto sólido y constante como Bowyer, pero éste no era un primer espada, sino un buen escudero. En 2018 llegó Almirola, que mejoraba claramente a Danica Patrick, pero que, al igual que Bowyer, no dejaba de ser simplemente un buen escudero. Pese a ello, su alineación seguía siendo muy fuerte, y los cuatro llegaron a la Ronda de 8 de los playoffs de 2018 y ganaron carreras ese año.

Busch, Harvick, Bowyer y Almirola, en 2018
Foto de NASCAR Digital Media LLC

    En 2019 llegó el primer golpe de envergadura. Kurt Busch se marhó a Chip Ganassi Racing y el equipo lo sustituyó con un descarte de Joe Gibbs Racing, Daniel Suárez, que ni ganó carreras ni se clasificó a los playoffs. Fue remplazado en 2020 por Cole Custer, que en su año de novato ganó en Kentucky y, con ello, disputó los playoffs, aunque en la regular tuvo serias dificultades para entrar entre los veinte primeros de la general.

Harvick, Almirola, Bowyer y Custer, en 2020
Foto de NASCAR Digtial Media LLC

    En 2021, tras la retirada de Bowyer, Briscoe asumió los mandos del #14. Cabe destacar que ese año SHR intentó fichar a Kyle Larson, pero Ford lo vetó. Así, en lugar de poner a un piloto de primer nivel en su coche, Ford ''obligó'' al equipo a poner a su piloto de desarrollo. Ese año, sólo Harvick acabó entre los diez primeros de la general, aunque Almirola también clasificó a los playoffs gracias a la victoria de New Hampshire. La gran decepción fue Custer, que fue 26º, superado incluso por el novato Briscoe (23º).

    En 2022 hubo cierto resurgimiento, con las victorias de Briscoe y Harvick, y de nuevo Harvick fue el único en acabar entre los diez primeros de la general de pilotos en la temporada regular. Por su parte, Custer seguía sin dar el nivel (25º), lo que le costó el puesto, pues fue remplazado por Preece, un piloto que había sido descartado por JTG Daugherty Racing por sus malos resultados (26º, 29º y 27º entre 2019 y 2021). 

    Como era de esperar, en 2023, el único piloto que consiguió resultados aceptables fue Harivck, que volvió a acabar entre los diez primeros de la general de pilotos y fue el único de los cuatro pilotos que clasificó a los playoffs. Por su parte, Almirola fue 22º, Precee fue 23º y Briscoe 30º, debido en gran parte a la sanción que antes comentábamos.

    Para este año, Almirola y Harvick decían adiós y el equipo los ha remplazado con Josh Berry, otro debutante, aunque esté más contrastado por toda la carrera que lleve a sus espaldas en los late model; y Noah Gragson, quien en su año de novato consiguió dos top-20 en 24 carreras con Legacy Motor Club, antes de que el equipo le rescindiera el contrato.

    En definitiva, vemos como al principio SHR cambiaba primeros espadones por escuderos, pero es que ahora cambia tanto unos como otros por descartes de otros equipos que ni siquiera son de las escuderías de primer nivel. Así las cosas, la alineación de pilotos es cada año peor y, con ello, disminuyen aún más las posibilidades de éxito, que ya son de por sí reducidas por el escaso nivel del equipamiento.

Preece, Briscoe, Berry y Gragson
Foto de NASCAR Digital Media LLC

4. Dueños desconectados de la realidad.

    Otro de los aspectos que destaca del mal estado de SHR es la desconexión que han tenido en los últimos años sus dueños. Por un lado, Gene Haas parece estar más pendiente de su equipo de Fórmula 1, Haas F1 Team o, quizás, de intentar vender su equipo de Fórmula 1, el cual también ha decaído enormemente desde que tocó techo en 2018, con algunos destellos como el inicio de temporada de 2022.

    Por otro lado, Tony Stewart parece absorto por infinidad de otros proyectos. De un lado, tiene un equipo, Tony Stewart Racing, en la National Hot Road Association y en World of Outlaws. De otro lado, ha estado los últimos años compaginando su labor de dueño de un equipo de NASCAR con la de comentarista de las mismas en FOX, aunque este año no está siendo así, porque Harvick es el que ha ocupado el tercer lugar en cabina junto a Bowyer y Mike Joy tras su retirada. Además, debemos destacar que, desde 2021, ha estado organizando la SRX, competición de seis carreras que se celebraba en junio y julio y cuya temporada de 2024 ha sido recientemente cancelada. Finalmente, debemos destacar que tiene que estar ocupándose de aspectos relacionados con circuitos de su propiedad como el óvalo de Eldora.

Stewart, posando tras crear su equipo de NHRA
Foto de Fox

    Dicen que el que mucho abarca poco aprieta, y eso parece ser lo que le ocurre a Tony Stewart, aunque ahora que se ha dejado su faceta de comentarista en FOX y la SRX ha quedado suspendida tendrá más tiempo para atender a su equipo de carreras o, mejor dicho, sus equipos.

5. Asociación con Ford en riesgo.

    Y, como colofón a todos los problemas de SHR, encontramos su asociación con Ford. Desde su fundación a principios de siglo hasta 2016, el equipo compitió de la mano de Chevrolet, en ocasiones estando asociado a Hendrick Motorsports, el buque insignia de la firma de General Motors en las Cup Series. Sin embargo, en 2017, el equipo pasó a competir con Ford para ser ellos mismos los líderes de un constructor (con el permiso de Team Penske), y desde entonces han competido con la marca del óvalo azul.

    Sin embargo, últimamente han surgido rumores de que Ford estaría buscando romper con SHR debido a la deriva que ha tomado el equipo en los últimos años, que contrasta con el crecimiento que han tenido otros de sus equipos asociados recientemente. Esta última cuestión no es irrelevante, puesto que antes SHR era uno de los dos mejores equipos de Ford, incluso en años tan malos como 2021, pero ahora no lo es. Es más, no es ni uno de los tres mejores equipos de la marca de Detroit.

    Todo ello se ha traducido con la designación por parte de Ford del equipo Front Row Motorsports como un socio preferencial, uniéndose a Team Penske, Stewart-Haas Racing y Roush Fenway Keselowski Racing. Con ello, son cuatro los equipos que tienen ese grado de estrecha colaboración con Ford en las Cup Series, un número más elevado que los de sus rivales.

Berry, corriendo este año con SHR
Foto de Getty Images

    En efecto, Chevrolet tiene a Hendrick Motorsports, a Richard Childress Racing y a Trackhouse Racing Team como socios preferenciales (tres equipos), mientras que Toyota tiene a Joe Gibbs Racing, 23XI Racing y, desde este año, a Legacy Motor Club (es decir, otros tres equipos). Así pues, Ford, que también tenía tres equipos, ahora podría plantearse volver a tener tres socios preferenciales y, en ese sentido, SHR corre el serio riesgo de ser el descarte.

    En primer lugar, Team Penske ahora mismo es el buque insignia de Ford, el equipo que, además, ha ganado los últimos dos campeonatos y tres de los últimos seis. Por su parte, RFK Racing había sido tradicionalmente el estandarte de Ford en las Cup Series, sobre todo en la década de los 2000 y, tras una larga travesía en el desierto, está volviendo poco a poco a ser una escudería competitiva en la zona alta de la parrilla. Finalmente, Front Row Motorsports es el equipo que acaba de ser ''ascendido'', fruto del crecimiento que ha experimentado desde 2020, y no tendría mucho sentido degradarlos tan repentinamente.

    Así las cosas, el único equipo que queda, y el que apenas tiene argumentos para justificar la necesidad de seguir siendo un socio preferencial es SHR, que, por cierto, fue ligado a un posible cambio a Dodge a finales de 2022, hasta que la propia Dodge dijo que, por el momento, no pensaba volver a NASCAR, todo ello porque Stewart compite con Dodge en su equipo de la NHRA.

MOTIVOS PARA LA ESPERANZA

    En verdad, poco se puede decir que invite al optimismo. En cuanto al equipamiento, una caída en el rendimiento tan acusada será difícil de revertir a corto plazo, sobre todo si Ford le retira la vitola de socio preferencial y SHR queda relegado a un satus como el que tiene Rick Ware Racing en Ford o Kaulig Racing, JTG Daugherty Racing o Spire Motorsports en Chevrolet.    
    
    Por su parte, la dirección del equipo parece que no quiere tomar medidas al respecto. De hecho, Tony Stewart, en vez de asumir que en última instancia el responsable de la situación, dado que es copropietario del equipo, declaró que no le pidan explicaciones a él porque no es él quien diseña los coches. En ese sentido, estaría bien que supiera que él es quien, al encabezar la cadena de mando, tiene potestad para poner a los responsables del desastre del equipo en sus posiciones, y que tiene la facultad para cer los cambios que considere pertinentes en pos de encontrar una mejora.

    Finalmente, en cuanto a los pilotos, será complicado verles pelear por victorias y campeonatos si no mejora el equipamiento, dado que tienen un nivel alto, pero no son pilotos del primerísimo nivel como lo eran Busch y, sobre todo, Harvick, capaces de maximizxar las posibilidades que su coche le ofrecían. Se espera que Gragson y Berry mejoren cuando tengan más experiencia, que Briscoe crezca al asumir el rol de líder y que Preece tenga buenos resultados al estar más asentado en el equipo, pero es muy complicado pensar que, aún con esas mejorías, les va a dar para estar en los playoffs si quiera.

    En definitiva, poco hay a lo que agarrarse en este equipo, que atraviesa la mayor crisis de su historia y que, encima, ha perdido a Harvick, el último baluarte de esa década dorada que tuvo entre 2011 y 2020, en la que ganaron decenas de carreras y dos campeonatos; estadísticas que, sin duda, parecen inalcanzables a día de hoy.

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