Papelón de RCR

Samuel Mateo Giménez

    La carrera de Martinsville de las Xfinity Series del pasado fin de semana será recordada como uno de los mayores ridículos en la historia reciente de Richard Childress Racing. Dicha escudería habia conseguido tener a sus dos pilotos, Austin Hill y Sheldon Creed, en la Ronda de 8 de los playoffs. Llegados a la última carrera, Creed tenía la obligación de ganar para clasificar a la Final a 4, mientras que Austin Hill podía clasificar por puntos siempre y cuando estuviera unas cuatro posiciones por delante de Custer.

Los pilotos de RCR, liderando.
Foto de Getty Images

    En la última vuelta, Austin Hill estaba liderando sobre Sheldon Creed, que tenía detrás a Justin Allgaier, otro de los rivales en la lucha por llegar a la final. Estando Mayer y Nemechek clasificados, sólo quedaban dos plazas libres para ir a la final. Hill, Creed, Allgaier y Custer, dos pasaban y dos quedaban eliminados.

    En la última pareja de curvas del óvalo, Creed se lanzó por el interior para adelantar a Hill, que se defendió muy intensamente. Al final, Creed le ganó la posición, pero lo hizo entrando pasado en la cura tres y bloqueando en la curva 4 para no irse largo, lo que Allgaier aprovechó para cogerle el interior en la salida de la cuarta curva y ganarle por escasos centímetros sobre la línea a Creed. De este modo, Allgaier clasificaba gracias a la victoria y Creed, al que sólo le valía ganar, caía eliminado.

    Por su parte, fruto del frenazo en seco de Creed, Hill trompeó y al final acabó 21°, así que perdió los suficientes puntos como para que Custer, que pese a que tenía un coche dañado acabó en el top-10, le arrebatara la cuarta y última plaza en la final por el campeonato.

    Así las cosas, de poder tener dos coches en la final, cosa que habría pasado si Cree hubiera ganado y Hill se hubiera conformado con ser segundo, a tener dos coches eliminados. Todo esto, además, semanas después de que Creed, en un lance de carrera, estrellase a Hill en Bristol, y días después de que anunciase que se iba de RCR, presumiblemente a Joe Gibbs Racing, lo cual es un secreto a voces, pero que todavía no está confirmado.

Creed, tras la carrera
Foto de Getty Images

    Después de la carrera, Austin Hill se mostró muy descontento con su compañero, diciendo que ''no puede esperar a que se vaya de RCR (...) a Joe Gibbs Racing y así no tenga que trabajar con esta mierda más''. Cabe destacar que, más tarde, Hill dijo a los distintos medios de comunicación que no estaba al tanto de cómo iban las clasificaciones y si tenía los puntos suficientes como para ganar a Custer y pasar de ronda. Luego, más en frío, escribió en Twitter que Creed tenía derecho a hacer lo que hizo, pero que no debería haber frenado de golpe en la salida de la cuarta curva, porque eso es lo que le hizo trompear a él, y si no lo hubiera hecho habría ganado.

    En cuanto a Creed, dijo que ''a ellos (RCR) claramente le gusta (Austin Hill). Ha hecho un trabajo muy bueno y ha ganado cuatro carreras este año. Yo estoy contento de ir a donde voy a ir. Estoy orgulloso de mis chicos por el coche que me han dado. Estar ahí al final y tener una oportunidad para ello (para ganar y clasificar). En este lugar (Martinsville) siempre se termina corriendo sucio y todos van a estar enfadados. Me queda una carrera más y voy a dejarlo todo por mis chicos porque se lo merecen''. Luego añadió que ''Austin (Hill) va a estar enfadado por lo de esta noche (...) Lo moví del interior pero luego fue bastante limpio, podría haberle bloqueado (a los que perseguían por detrás) y habría ganado seguro, pero los dos corríamos por esto (llegar a la final) y mis chicos se merecían que diese el 100%''.

    Entretanto, el vicepresidente de RCR, Andy Petree, fue inmediatamente a echar en cara la maniobra y el resultado a Creed. Sin embargo, el colofón de esta historia vendría de la mano del dueño del equipo, Richard Childress, que dijo ''he tenido pilotos corriendo para mí pero ninguno tan estúpido como Sheldon Creed'', a lo que añadió diciendo ''no haces eso como un jugador de equipo''.

Austin Hill y Richard Childress, antes de la carrera
Foto de Getty Images

    En primer lugar, resulta impropio e indigno de un equipo del status de Richard Childress Racing que sea incapaz de hacer saber a sus pilotos qué escenario le sirve o no para clasificar a la final, si está obligado a ganar, si puede contemporizar, si debe dejar pasar a su compañero para que gane y en vez de uno haya dos coches en la final... La falta de comunicación fue un error grave que dejó a Hill en una situación en la que se pensaba que tenía que ganar, al igual que Creed, y el empeño de ambos dejó a los dos fuera.

    En segundo lugar, Hill debería haber encajado mucho mejor la situación. Cierto es que sus declaraciones más duras vinieron justo al término de la carrera, en caliente, pero aún así: ¿qué esperaba que hiciera Creed, que renunciase a ganar e ir a la final para que fuese él? Creed corre por sus patrocinadores y su propio beneficio, y no hizo una maniobra descabellada, ni al borde de lo que es lícito, simplemente se lanzó con todo en la frenada de la tres (donde, por cierto, Hill había girado antes de tiempo para golpear a Creed puerta con puerta y que perdiera velocidad) y luego bloqueó un poco los neumáticos para no irse recto contra el muro. No fue una maniobra extrema ni peligrosa, simplemente se mostró agresivo porque quería ganar y esa era la única forma, una forma que es legal y que se lleva haciendo desde que nació la categoría.

    Por su parte, a Creed lo único que se le puede reprochar es que calculó mal, frenó más de lo necesario y, por ello, al final Allgaier le tomó la delantera en la aceleración de la subida a la curva y le superó por metros.

    Por último, en cuanto al equipo, podríamos decir que RCR se ha vuelto a mostrar como una escudería que deja bastante que desear en el trato con sus pilotos, sobre todo cuando saben que no van a seguir. Ya lo vimos en su día cuando Harvick se iba a ir al término de la temporada de 2013 a SHR, y ahora han vuelto a hacerlo. La actitud de Petree fue bastante infantil y reprochable, pues reprendió a un piloto que, como decimos, no había hecho nada mal, y que se había visto forzado a llegar a ese punto porque el equipo había sido incompetente y no había informado a sus pilotos que si Creed ganaba y Hill quedaba segundo clasificarían los dos. Sin embargo, lo más reprochable de todo es la declaración final del propio Richard Childress, que le faltó al respeto de forma injustificada a uno de sus pilotos, y encima es peor porque estamos acostumbrados a ver cómo RCR exalta la figura de Dale Earnhardt Sr. a más no poder (como es lógico), y si Dale Sr. hubiera estado en el lugar de Creed habría actuado exactamente igual o incluso de una forma más extrema incluso.

    En definitiva, Creed hizo lo que tenía que hacer, que era tratar de ganar la carrera para ir a la final. Para ello fue agresivo, pero no más que la tónica habitual de estas carreras (véanse las carreras de las Cup Series de 2017, 2018, 2021...). Fue el equipo, en realidad, el que protagonizó un ridículo histórico, gestionando de forma pésima ese último relanzamiento, en el que sus dos pilotos podrían haber sido ordenados a acabar primero y segundo, Creed y Hill respectivamente, para ir a la final ambos, pero no los tuvieron al tanto ni de cómo iban los puntos y consiguieron que se eliminaran entre ellos al pensar que o ganaban o estaban fuera. Y, si todavía eso no era lo suficientemente malo, dos de las tres figuras más importantes del equipo, en vez de hacer autocrítica y admitir que habían dejado escapar dos billetes a la final, culparon a Creed, el blanco fácil de esta historia, porque es el piloto que dentro de ocho días no estará en el equipo. 

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