La especialización ''empeora'' las carreras de NASCAR en ruteros.

Samuel Mateo Giménez

    Hasta hace un par de años, las carreras en circuitos ruteros de NASCAR eran algo especial, poco frecuente y que pasaba un poco desapercibido. Sin embargo, las grandes carreras que vivimos entre 2018 y 2020 hizo que en 2021 NASCAR decidiera inundar el calendario de ruteros (hasta siete, cuando antes había dos o tres). 

    Además, en 2022 NASCAR introdujo el Next Gen, una nueva generación de coches, como su nombre indica, que estaba diseñado principalmente para correr en ruteros y short-tracks.

Salida de la carrera de ayer en Watkins Glen
Foto de Getty Images

    No obstante, lo que ha acabado sucediendo es que el coche se ha adaptado de forma espectacular a los intermedios, que estaban heridos de muerte y con el COT y el Gen-6 producían carreras soporíferas, y que ahora nos dejan algunas de las mejores citas de la temporada.

    Por contra, las carreras en circuitos cortos han sido aceptables, pero tampoco una maravilla, y lo mismo sucede con los ruteros. En el caso de los circuitos cortos parece que fue un cúmulo de factores que se dieron en las primeras carreras, sobre todo en 2022,  pero ahora ya no es tan acusado y las carreras son más entretenidas.

    Sin embargo, en los ruteros no se ha apreciado esa mejoría, y probablemente no la veamos por una serie de factores.

Imagen de la carrera de 2023 en Watkins Glen
Foto de Getty Images

    El primero está relacionado con los nuevos coches en sí. Estos están diseñados para correr en este tipo de trazados. Son mucho más físicos, pero también más dóciles que sus antecesores. En estos coches, el rango de frenada se ha reducido mucho porque los frenos son mejores, los neumáticos tienen más agarre, el coche maniobra mejor...

    El comportamiento del coche es más predecible. Antes se notaba mucho que los coches de NASCAR estaban pensados exclusivamente para óvalos y cuando iban a ruteros eran muy toscos, indomables, y el piloto tenía que hacer grandes esfuerzos para sacar el máximo partido del coche.

    A todo ello, hay que sumar que, con la inclusión de más ruteros, los pilotos están más acostumbrados a correr en ellos, entrenan más en el simulador, etc. Sí que es cierto que el concepto de ringer sigue vigente, pues Shane van Gisbergen ganó en Chicago y McDowell en Indy RC, pero la mayoría de carreras en ruteros son ganadas por pilotos que no tienen por qué provenir de una categoría en la que estos circuitos sean lo habitual. Sin ir más lejos, Byron ganó anoche en Watkins Glen y jamás había ganado en un rutero. 

    El año pasado Chastain ganó en COTA, Reddick ganó en dos ruteros como Road America e Indy, RC, Larson había ganado las dos últimas carreras en Watkins Glen hasta anoche...

Reddick, corriendo en Road America en 2022
Foto de Getty Images

    Con todo ello, entre la especialización del coche a este tipo de trazados como la de los pilotos, lo que se ha acabado produciendo es un descenso del nivel de espectáculo en las carreras ruteras, dado que en muchas ocasiones ahora son carreras planas, en las que un piloto domina, como ayer en Watkins Glen, o en la que dos o tres pugnan por la victoria pero sin grandes sucesos, como en Indy RC.

    Y todo se debe a que, con dicha especialización, se ha acabado lo que en muchas ocasiones caracterizaba a estas carreras, y era el caos, los sucesos extraños, los errores de bulto, los accidentes, los pilotos que calculaban mal y se pasaban de frenada, el piloto que lidiaba todo el día con problemas en el coche porque no se sentía cómodo, el ringer que tenía mucha más habilidad que otros pilotos en ese tipo de trazado y que se codeaba con los grandes cuando normalmente estaba muy atrás...

    No decimos que sea mejor o peor. Tiene sus ventajas, como que eso significa que el nivel de la parrilla en este tipo de circuitos ha mejorado y ya no se dan tantos sucesos que dan mala imagen a la categoría, porque a fin de cuentas el hecho de que uno de los cuarenta mejores pilotos de América no sea capaz de controlar el coche, de hacerlo girar óptimamente, de frenar sin entrar pasado y embestir a otro piloto... no es buena imagen para la categoría, por mucho que sea espectacular para el espectador y genere morbo por ver accidentes, piques entre pilotos y cambios radicales en el desarrollo de la carrera. Además, estos nuevos coches han hecho que muchas estrellas del automovilismo internacional decidan correr en las Cup Series, tal y como Kvyat, Räikkönen, Button, Kobayashi, van Gisbergen,  Kostecki, Villeneuve, Rockenfeller...

Kostecki, corriendo en NASCAR
Foto de Getty Images

    Sin embargo, también tiene sus inconvenientes, sobre todo de cara a la galería, porque si bien para el deporte en sí es mejor tener pilotos que tengan un mejor nivel de pilotaje, que la acción en pista sea seria y no un derby de demolición y que los coches sean atractivos para que estrellas de otras categorías decidan participar en carreras de NASCAr, etc., sí que es cierto que en último término, finales como el de la carrera de 2012, en la que Keselowski estrelló a Busch y luego batalló con Ambrose, son históricas y en su día dieron mucho que hablar, y el espectador disfruta de todo ese caos.

    En cualquier caso, los cambios son tan radicales y están tan asentados que seguramente no vaya a cambiar la situación, y mucho menos para volver a ser lo que en su día fue, pues los coches ya no van a ser como lo fueron en el pasado y los pilotos no van a perder todo el nivel adquirido en los últimos años. En cuanto a espectáculo quizás sean peores, pero para la categoría es bueno que se haya ''profesionalizado'' el correr en ruteros, pues antes muchos de los pilotos, de talento innegable, parecían amateurs cuando pisaban un circuito así. 

    Así pues, sólo nos queda disfrutar de esta nueva etapa de las carreras en ruteros, con el deseo de que se llegue a un punto intermedio entre el espectáculo y el alto nivel de pilotaje y prestaciones del equipamiento alcanzado por la industria.