A Pérez se le pone cara de Bottas...

Samuel Mateo Giménez

    Este año, Sergio Pérez empezó muy bien la temporada de la Fórmula 1, hasta el punto de que por momentos incluso podría parecer que estaba a la altura de Verstappen y que le podía pelear el título mundial al vigente bicampeón. Sin embargo, con el paso de las carreras se ha desinflado y su caso recuerda a lo que ya vivimos con Valtteri Bottas y su compañero en Mercedes Lewis Hamilton en 2019.

    Esto es especialmente relevante porque ese fue un momento clave en la carrera de Bottas, pues ya nunca pudo quitarse la vitola de gregario y tuvo que lidiar varios años con rumores sobre su supuesto remplazo hasta que, finalmente, al término de 2021 abandonó Mercedes, y eso es algo que podría pasarle a Pérez igualmente si no logra revertir la situación.

    Así las cosas, analizamos si lo que está viviendo Pérez es una reedición de lo que vivió en su día Bottas y si el desenlace, a corto plazo, será el mismo.

Pérez se está convirtiendo en Bottas
Imágenes de Getty Images. Montaje propio

    Por un lado, en el año 2019, Valtteri Bottas empezó la temporada con la intención de, en su tercer año, poder hacer lo que había hecho Rosberg en 2016, que era arrebatarle a Hamilton el título mundial. Así las cosas, Bottas comenzó la temporada de 2019 con dos victorias (la primera carrera en Australia y la cuarta en Bakú) y dos segundos puestos (la segunda en Bahréin y la tercera en China).

    Todo ello hizo que Bottas llegase a la quinta carrera un punto por encima de su compañero de equipo, Lewis Hamilton, y logró la pole para la quinta carrera, el Gran Premio de España, pero no pudo rematar la faena y fue segundo tras Hamilton.

    Desde entonces, ya no estuvo a la altura de Hamilton en el resto de la temporada, en la que ''sólo'' ganó dos carreras y sumó 11 podios en las 17 citas restantes (una proporción del 64% aproximadamente en lo que a subirse al podio se refiere)

Bottas, en Bakú 2019
Foto de Getty Images

    Por otro lado, Sergio Pérez comenzó la temporada de 2023 con dos victorias (la segunda carrera en Arabia Saudí y, curiosamente, la cuarta en Bakú, como Bottas en su día) y un segundo puesto (la primera carrera del año en Bahréin).

    Del mismo modo que había hecho Bottas en 2019, Pérez llegó a la quinta carrera de la temporada en una apretada lucha por el mundial (en su caso estaba seis puntos por detrás de Verstappen porque le penalizó su quinto puesto en la tercera carrera, la de Australia) y en ella, esta vez el Gran Premio de Miami, logró la pole. Sin embargo, en una reedición más de lo visto en 2019, no aguantó el ritmo de su compañero y acabó segundo.

    De la misma forma que con Bottas, esa carrera fue el punto de inflexión, y en el caso de Pérez luego encadenó cinco Grandes Premios sin ganar, y en los últimos cuatro ni llegó a Q3 en la sesión de clasificación. Su proporción de podios es incluso peor que la de Bottas (40%, dos en cinco carreras), aunque eso ya era así en las cinco primeras tras lo de Australia (Pérez llevaba cuatro, un 80%, y Bottas 5, un 100%).

Pérez, en Bakú en 2023
Foto de Getty Images

    Justamente, se da la casualidad de que todo eso coincidió y coincide con los rumores de la llegada de un posible sustituto. En el caso de Bottas era Russell, que debutó ese mismo año de 2019 en Fórmula 1 con Williams y, tras tres años de rumores constantes, el inglés se quedó el asiento del finés para la temporada de 2022.

    Ahora han vuelto a surgir voces que sitúan a Ricciardo en Red Bull, puesto que hasta él se ha dejado querer, en lo que sería algo así como la vuelta del hijo pródigo a casa tras varios pasos nefastos como los de Renault o McLaren (con algún momento destacado como la temporada de 2020 o su victoria en Monza en 2021).

    Ahora bien, es cierto que en aquél momento el hecho de ver a Russell en Mercedes tenía mucho más fundamento, pues era una joya de futuro criada en la academia de Mercedes que había triunfado en categorías de promoción y que desde el primer momento mostró que el Williams se le quedaba muy pequeño.

    En cambio, Ricciardo es un piloto veterano, que viene de vueltas, que encima este año no corre y que no sabemos hasta qué punto puede mejorar lo que ya ofrece Pérez, todo lo contrario que Russell, que estaba claro que mejoraría a Bottas con creces.

    El sustituto podría no ser Ricciardo y sí un piloto de la academia de Red Bull, como Iwasa, que está haciendo un gran año en F2, o Liam Lawson, que estuvo varios años en F2, ahora está peleando por ganar la Súper Fórmula Japonesa y ha probado en varias ocasiones el coche de F1, pero antes tendría que pasar por Alpha Tauri, como suele ser habitual en estos casos, así que el remplazo llegaría a varios años vista.

    Por lo tanto, pese a que la situación y la deriva que ha tomado el año de Pérez es prácticamente un calco de la de Bottas en 2019, al menos él puede estar un poco más tranquilo porque no hay un relevo en el horizonte tan claro, aunque en Red Bull los cambios de piloto son frecuentes y nunca hay que dar nada por sentado.

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