La arbitrariedad de NASCAR

Samuel Mateo Giménez

    La pasada carrera de Charlotte Roval se dio una situación que viene siendo habitual en este circuito desde que se incluyó en el calendario allá por 2018, que no es otra que la de dos o incluso más pilotos jugándose el pase de ronda en apenas un pequeño puñado de puntos.

Briscoe, corriendo en la Roval
Foto de Getty Images

    En esta ocasión, el vigente campeón Kyle Larson, de Hendrick Motorsports, y el joven corredor de Stewart-Haas Racing Chase Briscoe eran los que luchaban por acceder a la Ronda de 8 separados por muy pocas unidades. Sin embargo, cuando Briscoe trompó y se hundió en la clasificación con menos de diez vueltas para acabar todo parecía acabado. Nada más lejos de la realidad.

LA ACCIÓN DE LA POLÉMICA

    Llegó otra bandera amarilla a dos vueltas para acabar que haría que hubiese una Overtime. Briscoe tenía ante sí una gran oportunidad, pues tenía delante muchos pilotos más lentos que él tanto por ritmo como, sobre todo, porque Briscoe había calzado ruedas nuevas. Por contra, Larson había chocado con el muro y dañado su suspensión, y había perdido cinco vueltas reparándola. Así pues, estaba cinco vueltas por debajo del líder, fuera del top-30 y sin posibilidad de adelantar a nadie, de modo que Briscoe dependía de sí mismo. Si adelantaba a los suficientes pilotos, independientemente de lo que hiciera Larson, pasaría de ronda. Algo importante es que, en caso de empate a puntos, Briscoe sería el que pasara de ronda, ya que había tenido un mejor resultado que Larson en esta Ronda de 12 (5° en Texas, mientras que el mejor resultado de Larson era un 9° puesto también en Texas).

    Completada la primera vuelta de la Overtime, Briscoe se encontraba en -1 frente a Larson y acosando a Austin Dillon, porque si le adelantaba pasaba de ronda. En la zona del infield, Briscoe logró adelantar a Dillon y, con ello, empatar a puntos a Larson y situarse en posición de pasar de ronda. Sin embargo, quiso asegurar aún más y se lanzó con todo por el interior de la salida a la parte oval para adelantar a Erik Jones.

    Logró hacerlo, pero perdió mucha velocidad en la salida de la curva y ambos, tanto Briscoe como Jones, fueron adelantados por Dillon, de modo que Briscoe quedaba igual que antes (subía a +1 por adelantar a Jones pero perdía con Dillon, de modo que bajaba a 0). Hasta aquí todo normal, pero ahora es cuando comienza la polémica.

    Llegando a la recta trasera, en la que hay una chicane, Dillon, Briscoe y Erik Jones rodaban en trenecito, y delante de ellos estaba Cole Custer, piloto de Stewart-Haas Racing y, por tanto, compañero de Briscoe, que no se jugaba nada dado que no está clasificado a los playoffs.

    En esa situación, y yendo los cuatro pilotos en fila india por el exterior, pegados al muro, antes de girar en la chicane, Custer bloqueó en la frenada mucho antes de la referencia de frenado, y Briscoe cambió de línea hacia el interior para frenar con normalidad y. Como Dillon y Jones no cambiaron de línea, pues la trazada buena es el exterior hasta el punto de frenada óptimo, tuvieron que frenar para no embestir a Custer, y Briscoe lo aprovechó para adelantar a Dillon y a Custer, de modo que pasaba a estar dos puntos por encima del corte.

Briscoe, adelantando a Custer y Dillon
Fotograma de NBC Sports

    Así continuó hasta acabar la vuelta, y Briscoe certificó su pase a la siguiente ronda, lo que a su vez suponía la eliminación del actual campeón de las Cup Series, Kyle Larson.

    Cuando todo parecía acabado, NASCAR comunicó que investigaría las comunicaciones de Cole Custer en esas últimas vueltas y que podría sancionar a lo largo de la semana al piloto de California o a su escudería, siempre sin afectar a la composición de la Ronda de 8 (es decir, Briscoe competirá en la tercera ronda de los playoffs).

    En el día de ayer, NASCAR hizo público que el jefe de equipo de Cole Custer, Mike Shiplett, en un momento en el que él no tenía visión directa con el coche, le había dicho ''creo que tenemos un pinchazo. Frena, frena'', y justo después Custer bloqueó en la frenada de la chicane, ya que claramente el jefe de equipo de Custer quería garantizar que Briscoe pasara de ronda.

    Como consecuencia, NASCAR decidió sancionar con 100.000 dólares de multa y una suspensión indefinida a Mike Shiplett. Además, multó con otros 100.000 dólares a Cole Custer, le sancionó con una deducción de 50 puntos en el campeonato de pilotos, así como dedujo otros cincuenta al coche #41 en el campeonato de equipos.

El coche #41 ha sido sancionado
Foto de NASCAR Digital Media LLC

LA POLÉMICA

    Ante esta situación, se han abierto dos debates. El primero es el de si Custer y Shiplett se merecen la sanción, si NASCAR ha obrado bien multando económicamente a piloto y jefe de equipo, suspendiendo indefinidamente al jefe de equipo y retirando puntos tanto al piloto como el coche #41. El segundo es el de si se ha sido extremadamente duro con ellos viendo antecedentes del pasado en los que NASCAR decidió hacer la vista gorda con situaciones similares.

    En cuanto al primero, el reglamento es claro. La sección 5.5 del Libro de Reglas de NASCAR obliga a todos los competidores a correr al 100%  de sus posibilidades y NASCAR se reserva el derecho a sancionarles si manipulan el resultado de una carrera. Así las cosas, está claro que Mike Shiplett y Cole Custer incumplieron el reglamento deliberadamente, puesto que el primero transmitió un mensaje en clave para que su piloto se dejase pasar y retuviera a sus perseguidores, y  el segundo ejecutó de manera perfecta la orden de su jefe de equipo, alterando por tanto el resultado de la carrera. Ambos renunciaron a obtener el mejor resultado posible para beneficiar a su compañero de equipo.

Reglamento de NASCAR

    En cuanto a la segunda cuestión, ahí sí que tienen motivos Stewart-Haas Racing, Mike Shiplett y Cole Custer para estar muy molestos. Y es que, si bien ellos han sido sancionados por alterar el resultado de una carrera, lo cual es justo, en años recientes se ha dado esa situación en múltiples ocasiones con otros equipos, jefes de equipo y pilotos, y NASCAR no sólo ha decidido no sancionarlo, sino que ni siquiera lo ha investigado.

    Un ejemplo de ello fue la primera carrera de Atlanta de la temporada de 2021. Por entonces, Kyle Larson era el líder, con unos ocho segundos de ventaja sobre Ryan Blaney. Con una docena de vueltas para acabar, Larson se disponía a doblar a Joey Logano, compañero de equipo de Ryan Blaney. El piloto de Team Penske, siendo consciente de lo difícil que era adelantar rodando en aire sucio con el anterior paquete de reglas aerodinámicas que usaba NASCAR (550 caballos y alta carga aerodinámica) decidió bloquear a Larson para que Blaney cerrase el hueco y adelantara a Larson, y así terminar ganando la carrera. Éso fue exactamente lo que sucedió, pues a falta de cuatro vueltas Blaney adelantó a Larson y acabó triunfando en Georgia.

    Este mismo año, en la última carrera de la temporada regular en Daytona, un Austin Dillon que necesitaba ganar para clasificarse a los playoffs logró alcanzar el liderato en los últimos compases de la carrera. A su estela se encontraba Tyler Reddick, su compañero de equipo, que ya estaba clasificado, y quién se centró en bloquear los ataque de pilotos perseguidores como Austin Cindric para que Dillon ganara y estuviese en la post-temporada, como finalmente ocurrió. Como vemos, Reddick renunció a tener su mejor resultado posible, una victoria en potencia, para contener los ataques de los rivales y que la victoria fuera para Dillon.

    En cualquier caso, y pese a que cualquier espectador fue consciente de que para favorecer a un compañero esos pilotos no corrieron al 100% como obliga el reglamento, ni los jefes de equipo ni los pilotos transmitieron por radio ningún mensaje que confirme que lo habían hecho adrede, y por esa razón pueden "escaparse" y no ser sancionados.

    Sin embargo, en la carrera de Bristol de otoño de 2021, Chase Elliott peleaba con Kevin Harvick por el liderato, estando Larson, compañero de Elliott, tercero a unas pocas décimas. Estando en paralelo, Harvick se abrió y empujó a Elliott contra el muro, causándole daños en la carrocería. Cuando Elliott entró a boxes para reparar su coche y, al no tener posibilidades de ganar, dijo por radio textualmente "¿Dónde está el #5 (coche de Larson)? Lo ayudaré a ganar". En efecto, Elliott volvió a pista, bloqueó agresivamente a Harvick y el de Bakersfield acabó perdiendo posición con menos de cinco vueltas para acabar con Larson, que ganó aquella carrera. Como podemos ver, un piloto decidió manipular el resultado de una carrera para favorecer a un compañero de equipo. ¿Les suena?

    Scott Miller, vicepresidente de competición de NASCAR, cuando fue preguntado por qué en aquella ocasión no decidió sancionar aquella acción como ha hecho con Custer, afirmó que eran situaciones distintas porque, en la de Elliott, había sido un piloto a título personal el que había decidido alterar el resultado de la carrera. 

    Se trata de un argumento ridículo por el hecho de que va contra el propio reglamento de NASCAR, ya que el libro de reglas, como hemos visto antes, habla de sancionar a los competidores que no corren al 100% de sus posibilidades y que alteran los resultados. En ningún momento especifica que tiene que ser el equipo, habla de competidores, y el piloto es un competidor.

    Por tanto, cierto es que Alan Gustafson, jefe de equipo de Elliott, no dijo nada por radio referente a ello, y por ello no merece una sanción como la de Shiplett. Por el contrario, Elliott sí, y podría y debería haber sido sancionado como lo ha sido Custer.

El mensaje de Elliott
Fotograma de FOX Sports

    Pero aún dándole la razón a Miller y sancionando sólo cuando los equipos son los que dan la orden, hay que destacar un último suceso que tuvo lugar en el año 2020 y que es el que hace que la sanción a SHR y sus trabajadores sea totalmente incompresible e injustificada. Nos remontamos a la carrera de Martinsville de otoño, es decir, la última de la Ronda de 8, justo antes de la carrera final de Phoenix.

    En aquél día, Elliott lideraba hacia la victoria y con ello sacaría un billete a la final, junto a Logano, que había ganado en Kansas, y otros dos contendientes más. Bowman y Truex perdieron sus posibilidades por tener ruedas sueltas y Kurt Busch necesitaba ganar, cosa que no iba a hacer. Así las cosas, quedaban dos puestos para tres pilotos: Keselowski, Hamlin y Harvick. Se llegó a las últimas vueltas de carrera y Keselowski tenía un margen de unos cuantos puntos sobre el corte, mientras que Hamlin vencía a Harvick en la lucha por el último por un sólo punto.

    En esa situación, si Harvick ganaba una posición o Hamlin perdía una, Harvick pasaría a la final. Cuando restaban menos de diez vueltas para acabar, Erik Jones, compañero de Hamlin en Joe Gibbs Racing, empezó a atacarle, hasta que recibió un mensaje de su equipo, concretamente de Rick Carelli, su spotter, diciéndole textualmente "No lo adelantes, Jones", porque si lo hacía Hamlin quedaría eliminado. Así lo hizo, y Jones empezó a bajar el ritmo, de modo que no adelantó a Hamlin y el de Virginia fue el último integrante de la final a cuatro, quedando Harvick eliminado. En esta ocasión, un miembro del equipo dio la orden al piloto de no adelantar, es decir, desde el equipo (no el piloto a título personal) se manipuló el resultado de la carrera, y NASCAR no hizo nada.

El mensaje de Jones
Fotograma de FOX Sports

    Como podemos ver, los argumentos de NASCAR se caen por su propio peso. Sólo hay que consultar la hemeroteca para ver que esta situación se ha dado en múltiples ocasiones y sólo en esta se ha decidido sancionar al manipulador, y encima con extrema dureza.

    Si afirmamos que esta es la primera vez que se manipula una carrera y por eso es la primera vez que se sanciona con tal magnitud (nadie ha hecho tal cosa porque sería hilarante), podríamos citar los casos de la carrera invernal de Atlanta de 2021 y la veraniega de Daytona de 2022.

    Si consideramos que para sancionar estas acciones es necesario que se cite textualmente por parte de alguien que se tiene la voluntad de manipular, podríamos retrotraernos a la carrera de Bristol de otoño de 2021, en la que un piloto, Elliott, admitió públicamente que iba a manipular el resultado de una carrera.

    Si finalmente, y como defienden los directivos de NASCAR, un piloto que actúe a título personal puede manipular una carrera, pero un equipo no, sólo hay que recordar qué ocurrió en otoño de 2020 en el circuito de Martinsville.

    En todas y cada una de esas carreras se produjo un acto de manipulación y NASCAR no hizo absolutamente nada, sino que encima se aprovechó del dramatismo para vender su producto (la frustración de Harvick al caer eliminado en el mejor año de su vida en Martinsville, la victoria in extremis y épica del coche #3 en Daytona, la rivalidad entre Elliott y Harvick tras Bristol...), pero sólo han decidido sancionar al manipulador en esta ocasión, curiosamente siendo un piloto de un equipo cuyos integrantes se han mostrado muy críticos en los últimos meses con NASCAR y sus directivos (cabe recordar que a principios de año NASCAR admitió que sancionaría ciertas acciones en función del comportamiento y acciones fuera de pista de la persona o las personas que fuesen susceptibles de ser sancionados). Se trata de una manera de actuar absolutamente vergonzosa e impropia del organismo sancionador más importante de Estados Unidos y el segundo más importante del mundo.

SHR apelará la sanción
Foto de Stewart-Haas Racing

    Stewart-Haas Racing ha decidido apelar la sanción. Desde luego, si hay un año para apelar con opciones de ganar es éste, pues el Tribunal de Apelación ya le ha levantado varias sanciones a NASCAR este año (la de ThorSport, la de Jeremy Clements por su victoria en Daytona, la de Byron por hacer trompear a Hamlin en Texas con bandera amarilla...), lo cual por cierto debería hacer reflexionar a NASCAR su manera de actuar. Desde SENNA deseamos que, si al menos no retiran la sanción al completo, que le restituyan los puntos retirados en ambos campeonatos y, sobre todo, que permitan a Mike Shiplett ejercer su oficio, al menos mientras NASCAR no unifique criterios y deje de actuar con subjetividad y arbitrariedad.

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