Por qué la temporada de 2022 es importantísima para Alex Bowman

Samuel Mateo Giménez

    La temporada de 2022 será una de las más importantes en la historia de NASCAR, ya que la nueva generación de coches pretende iniciar una nueva etapa en la que los equipos modestos estén más cerca de la cabeza de carrera y puedan pelear por objetivos más ambiciosos.

    Así las cosas, hay muchos equipos y pilotos que tienen altas expectativas en este año, en el cual se juegan mucho. Sin embargo, dentro de los grandes equipos de la parrilla, numerosos pilotos están en una situación en la que deben dar el máximo este año.

    En esa situación se encuentra Alex Bowman, el piloto del coche #48 de Hendrick Motorsports, quien afronta esta temporada como la más importante de su carrera. Pese a que pueda parecer que años como el de su debut, en el que tenía que demostrar su valía, eran más importantes, desde SENNA analizamos por qué la de 2022 es la temporada más importante en la carrera de Alex Bowman.

Bowman afronta su segundo año en el #48
Foto de Getty Images

    Para entenderlo hay que remontarse al año 2019, en el que Ally comenzó a patrocinar al coche #48 de Hendrick Motorsports , pilotado por una leyenda como el heptacampeón Jimmie Johnson, tras firmar un acuerdo que se extendía hasta 2023 inclusive.

    Sin embargo, tras la temporada de 2020, Jimmie Johnson decidió dejar de competir en NASCAR para hacerlo en otras categorías como IndyCar o IMSA. Así pues, el coche #48 estaba vacante, y el equipo decidió que lo tenía que ocupar Alex Bowman, que pilotaba el #88 tras relevar en él a otra leyenda como Dale Earnhardt Jr.

    De este modo, Ally dejó de patrocinar a una leyenda que tenía en su palmarés siete campeonatos para prestar apoyo a un joven que apenas sumaba dos triunfos en el primer nivel de competición. Tras una temporada marcada por la irregularidad, Alex Bowman terminó su primer año en el #48 en 14º lugar, pero con cuatro victorias. Esos resultados le valieron para que Hendrick Motorsports le renovase hasta 2023 incluido, es decir, para correr en 2022 y 2023 con el equipo y con el patrocinio de Ally, hasta que éste llegase a su fin. 

Bowman, tras ganar en Dover
Foto de Getty Images

    Así, la importancia de esta temporada de 2022 reside en que Alex Bowman debe hacer los méritos suficientes para ser el digno merecedor de tan suculento patrocinio, sobre todo porque si rinde bien en la pista ese patrocinio podría no ser renovado.

    Por el momento, Ally se ha mostrado muy comprometido con Bowman, pues a pesar de que ellos siempre habían querido a Johnson y cuando éste se retiró no tuvieron más que aceptar a Bowman como sustituto, le han elegido para ser la imagen de su compañía, haciendo múltiples campañas publicitarias, mediante vallas, anuncios televisivos...

    Ahora bien, Ally es un patrocinador digno de un piloto que pelea por todo. Así pues, si Bowman no terminase de explotar y convertirse en un serio contendiente al campeonato, Ally podría tener serias dudas a la hora de renovar su patrocinio con Hendrick Motorsports más allá de 2023, algo que sería tremendamente perjudicial para el equipo.

Bowman, camino de la victoria en Martinsville
Foto de Getty Images

    Por contra, si Ally sí quisiera estar ligada a la escudería y Bowman no hubiese mejorado nada respecto a lo que es hoy en día, podría exigir a cambio de su dinero en patrocinio contratar a otro piloto y, pese a que Bowman es un piloto de la casa, que tiene el cariño del equipo y de la gente, que ha ido ascendiendo en el escalafón desde abajo, siendo todo un ejemplo de profesionalidad, al final los patrocinadores son los que pagan las facturas, y si el patrocinador quiere renovar su acuerdo pero con un cambio de piloto, salvo que milagrosamente aparezca otro patrocinador de mayor envergadura que sí quiera a Bowman, el equipo estaría obligado a aceptar las condiciones del patrocinador, y Bowman estaría fuera.

    Así las cosas, en estos dos años, pero sobre todo en 2022, que es cuando no tiene la presión de no saber que va a hacer al año siguiente, pues tiene asiento garantizado para 2023, Bowman debe dar el salto definitivo que de él se espera desde que en 2020 sorprendió llegando a la Ronda de 8 de los playoffs y pelear hasta el final por estar en la final a cuatro, a la que no llegó por unos escasos puntos.

Bowman, corriendo en Indy
Foto de Getty Images

    Hablamos de convertirse en un piloto que acabe entre los cinco primeros en la temporada regular, que sea constante (debe mejorar mucho su posición media de llegada, que en 2021 fue de 15,08º), que sume varias victorias al año (la pasada temporada sí que cumplió en este aspecto) y que luche por el campeonato en la Final a 4 o, como mínimo, en la Ronda de 8. 

    En definitiva, tiene que dar incentivos a Ally para que ésta invierta en su carrera, porque de no hacerlo se podría ver sin un asiento o relegado a un equipo de menor calibre, sobre todo cuando hay jóvenes pilotos que ya están haciendo méritos para correr en un grande, como Tyler Reddick, o que se espera que para cuando acabe 2023 los hayan hecho (Sam Mayer).

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