Kyle Busch Motorsports: de ganar campeonatos al limbo.

Samuel Mateo Giménez

    En los últimos años de la NASCAR Truck Series, el equipo que estaba llamado a ser el gran dominador del campeonato se ha ido de vacío. Hablamos de Kyle Busch Motorsports, el equipo propiedad de Kyle Busch, que abrió sus operaciones en las Truck Series allá por 2010. Después de unos años en los que el equipo compitió con varios pilotos corriendo a tiempo parcial, en 2013 KBM fichó a Bubba Wallace y Joey Coulter para correr a tiempo completo.

    El primero fue octavo con una victoria, mientras que el segundo fue 15º, sin triunfos, de modo que perdió su asiento para 2014. Ese año, Bubba Wallace acabó tercero el campeonato, con cuatro triunfos. Después de que Wallace diese el salto a las Xfinity Series, el equipo contrató a Erik Jones. En 2015, Jones logró proclamarse campeón, dándole a KBM su primer campeonato de NASCAR, sumando además otras tres victorias.

Erik Jones ganó el primer campeonato de KBM
Foto de Racing News

    Cuando Jones dio el salto a las Xfinity Series, KBM contrató a Christopher Bell y a William Byron. El primero de ellos logró clasificarse para la final a cuatro (la primera de la historia de las Truck Series), pero fue tercero. Sumó una victoria. Por su parte, Byron fue el gran dominador de la temporada, sumando siete victorias. Sin embargo, un abandono en la carrera eliminatoria de Phoenix le impidió clasificarse para la final de Miami, carrera que ganó, de modo que, de haberse clasificado, hubiese ganado el campeonato.

    Pese al varapalo, KMB siguió demostrando ser el mejor equipo, y apostó por Bell una vez Byron dio el salto a las Xfinity Series. Además, en 2017 fichó a Noah Gragson. Éste no logró clasificarse para los playoffs, pero ganó una carrera. Por su parte, Bell sumó cinco victorias y se impuso en la final a cuatro por el campeonato en Miami, de modo que dio su segundo campeonato a KBM.

Bell, celebrando su campeonato de 2017
Foto de Diariomotor

    Tras la promoción de Bell a las Truck Series, el equipo apostó por Gragson para la temporada de 2018. El de Las Vegas consiguió clasificarse para los playoffs y llegar a la final de Miami, en la  que tan sólo pudo ser segundo, superado por Brett Moffitt. Ese año ganó una carrera.

    En 2018, Gragson fue fichado por JR Motorsports para correr en las Xfinity Series y Kyle Busch Motorsports fichó a Todd Gilliland y Harrison Burton como pilotos a tiempo completo para 2019. Sin embargo, a partir de este momento se inició un período de dos años, a falta de ver como se desarrolla el futuro 2021, en el que Kyle Busch Motorsports ha estado muy lejos de conseguir los objetivos de ganar múltiples carreras y campeonatos.

    En 2019, ni Todd Gilliland ni Harrison Burton consiguieron clasificarse para los playoffs. De hecho, no fueron ni los mejores de entre los que no se clasificaron, pues ése fue Ben Rhodes, quien acabó noveno en la general. Finalmente, Gilliland fue 11º con una victorias, y Burton fue 12º sin triunfos. Al menos, el equipo logró ganar el título de dueños con la camioneta nº51, en la que competían numerosos pilotos a tiempo parcial.

Todd Gilliland no cumplió las expectativas en 2019
Foto de Beyond the Flag

    Este año 2020 el equipo decidió cambiar su alineación de pilotos corriendo a tiempo completo, sustituyendo a Todd Gilliland por Raphaël Lessard y a Harrison Burton por Christian Eckes. No obstante, El doble cambio de pilotos no hizo que el equipo mejorase su actuación, pues si bien Eckes se clasificó para los playoffs, fue eliminado en la primera ronda de éstos, y se fue de vacío en lo que a victorias se refiere. Finalmente, acabó octavo en la general. Por su parte, Lessard fue 12º, sin clasificarse para los playoffs, pero ganando una carrera, en Talladega.

    El doble fracaso reiterado ha hecho que Kyle Busch Motorsports vuelva, por tercer año consecutivo, a tener una alineación de pilotos a tiempo completo completamente nueva, pues ha sustituido a Lessard por John Hunter Nemechek y a Eckes por Chandler Smith. En el caso del primero, debería darles mejor resultados que los que han dado sus antecesores, pues tiene muchas más experiencia en todas las divisiones nacionales de NASCAR y viene de correr a tiempo completo en las Cup Series. El segundo es una incógnita, como lo fueron Gilliland, Burton, Eckes y Lessard, aunque puede que acabe siendo como Jones, Byron o Bell.

    Lo que está claro es que a Kyle Busch se le acaba pronto la paciencia últimamente, pues ha finiquitado en dos temporadas el contrato de dos pilotos cada temporada. Lo peor de ellos es que, al menos los que despidió en 2019, sí han rendido bien en 2020, de modo que, si hubiese esperado y les hubiese dado una año más, tal y como hizo antaño con Bubba Wallace, podrían haber luchado por el campeonato.

    Así, Todd Gilliland se clasificó para los playoffs con un proyecto totalmente nuevo de un equipo que no es top, como lo es Front Row Motorsports, mientras que Burton, en las Xfinity Series, ganó cuatro carreras. En el caso de Burton puede resultar hasta comprensible porque corre en Joe Gibbs Racing, pero Gilliland ha demostrado ser capaz de pelear contra los grandes nombres del campeonato sin estar en uno de los tres grandes equipos (GMS Racing, ThorSport Racing o el propio Kyle Busch Motorsports). 

    El año que viene, Lessard correrá, al menos, doce carreras con GMS Racing, y entonces veremos si KBM cometió un error despidiéndole, como hizo con Gilliland o Burton. Por el momento, lo único que sabemos es que Kyle Busch Motorsports se encuentra en una especia de limbo, en el que va dando bandazos a uno y otro lado, fichando y despidiendo pilotos, en busca de su nuevo Jones, su nuevo Byron o su nuevo Bell, esos pilotos que le dieron los campeonatos de 2015 y 2017 y que a punto estuvieron de dárselo en 2016.

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